El sábado pasado fui a la fiesta de cumpleaños de mi primo Carlos, la familia estaba celebrando su cumpleaños número 16. Carlos estaba muy emocionado, entre otras cosas, porque con el dinero que había recibido por su cumpleaños había abierto una cuenta de ahorros y en el banco le habían emitido una tarjeta de débito, la cual mostraba muy orgulloso a todos sus invitados, señalando la parte frontal donde aparecía su nombre y contando como lo habían llamado “Sr. Carlos” en la agencia bancaria donde lo atendieron.
Cuando Carlos se acercó a mí, tuvimos la siguiente conversación:
- ¿y ahora cuál es el plan?, le pregunté
- ¿Cuál plan?, respondió Carlos
- Bueno, tienes una tarjeta de débito, ahora existes financieramente, sabes lo que eso significa, ¿verdad?
- No, la verdad, no
- Tienes que preparar la planificación de tu futuro financiero
- ¿De qué hablas? Es sólo una tarjeta para hacer compras con lo que me dan mis papás.
- No, Carlos, es una tarjeta asociada a una cuenta de ahorros, y se usa para planificar tus gastos, hacer seguimiento del movimiento de tu dinero y, lo más importante ¡ahorrar!
- ¿Ahorrar?
- ¡Es en serio! Carlos, no tienes que gastarte toda la mesada cada mes, puedes guardar una parte e ir acumulando a lo largo de los meses. Más adelante cuando puedas optar a otros productos bancarios, como una tarjeta de crédito o un crédito personal, el banco verá positivo el hecho de que uses tu cuenta de ahorros para ahorrar. No puede ser que pases 25 días al mes con la cuenta en 0 y que la mesada te duré 5 días. Es importante que aprendas a administrarte a lo largo del mes.
- Bueno, eso tiene algo de sentido, pero aún no estoy convencido de que ahorrar sea algo necesario ¿para qué? ¡si yo todavía soy muy joven!
- Voy a intentar convencerte: ahorrar tiene varios beneficios, independientemente de la situación económica actual,
- Se te podría presentar un imprevisto cuando estés sin tus papás y ese dinero podría sacarte de apuros; por ejemplo, tomar un taxi, o recargar el saldo de tu teléfono, o incluso, sacar una fotocopia para un examen en tu colegio.
- Además, el hábito del ahorro es para toda la vida, es como el hábito de cepillarse los dientes todos los días. Tus padres te enseñaron a hacerlo desde que tienes dos años aun cuando sabían que esos dientes eran de leche. El poder de un hábito como el ahorro no está sólo en la cantidad de dinero que guardas, sino en la constancia y disciplina con la cual lo haces;
- Luego, si te atreves a emprender, es decir, encontrar una necesidad en tu entorno que puedas cubrir, pues, con tus ahorros puedes iniciar un pequeño negocio, en la cual puedas multiplicar el ahorro; y en un futuro si eres constante y tienes éxito, en unos años incluso podrías pagar la inicial de tu primer carro, o ir a conocer una ciudad de Europa, o por ejemplo, pagar parte de tus estudios universitarios, entre otras muchas metas que tienes que empezar a visualizar para tu futuro.
Al finalizar la conversación, mi primo tuvo un cambio de mentalidad respecto al ahorro, y empezó a pensar en las posibles metas que a futuro podría cumplir, incluyendo la carrera que quiere estudiar en la universidad y la idea de negocio que quiere emprender.
Espero que esta historia que he compartido sea inspiradora para muchos jóvenes que constantemente nos leen, y al igual que Carlos, entiendan que el ahorro con visión a futuro, realmente si trae recompensas.
Instituto de Finanzas y Empresas