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Boletín N° 228 Academia Nacional de la Historia

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Boletín N° 228, Oct.-Dic. 1974, Academia Nacional de la Historia, Sesquicentenario de la Batalla de Ayacucho

 

Con motivo de haberse cumplido el sesquicentenario de la Batalla de Ayacucho en 1974, la Academia Nacional de la Historia publicó su Boletín N° 228, del Tomo LVII, correspondiente al trimestre octubre-diciembre de aquel año. En ese volumen se incluyeron importantes contribuciones de historiadores venezolanos y de otras latitudes, al igual que un compendio de documentos relacionados con aquel acontecimiento que selló para siempre la independencia de la América Hispana. Ese mismo año, el 6 de agosto, con la derrota de las fuerzas realistas en el campo de Junín por el ejército comandado por el Libertador, se allanó el camino para el triunfo de Sucre en Ayacucho. Incluimos de seguidas, uno de los documentos del Boletín que ahora presentamos a nuestros lectores, gracias a la generosa disposición de la Academia Nacional de la Historia.

 

Carta de Antonio José de Sucre al Libertador

Excelentísimo Señor Libertador.

Excelentísimo señor:

El campo de batalla ha decidido. Por fin el Perú corresponde a los hijos de la gloria. Seis mil bravos del ejército libertador han destruido en Ayacucho los diez mil soldados realistas que oprimían esta República: los últimos restos del poder español en América han expirado el 9 de diciembre en este campo afortunado. Tres horas de un obstinado combate han asegurado para siempre los sagrados intereses que V. E. se dignó confiar al ejército unido.

Han pasado cuatro horas que terminó la batalla, y diferentes cuerpos persiguen los dispersos enemigos en varias direcciones. Por este momento el Ejército libertador ofrece a V.E., como un trofeo en Ayacucho, catorce piezas de artillería, dos mil quinientos fusiles, más de mil prisioneros, entre ellos el virrey La Serna y sesenta jefes y oficiales, más de cuatrocientos cadáveres y heridos enemigos, y multitud de otros elementos militares.

Calculo nuestra pérdida en ochocientos o mil hombres; pero la mayor parte de heridos, y entre ellos, treinta jefes y oficiales.  No hay tiempo para hacer detalles; pero me apresuro a dar a V. E. este parte que le será altamente satisfactorio.  Mañana podré informar a V. E. de los pormenores, y serán más nuestros despojos. Espero que algunos generales enemigos caerán en nuestro poder, por estar cortados por todas partes y prevenidos convenientemente.  Entre tanto, debo instruir a V. E. que me he tomado la libertad de conceder, a nombre de V. E., de Colombia, del Congreso y del Gobierno, varios premios, después de la victoria, a los generales, jefes y oficiales que más han brillado en la célebre jornada que ha afianzado eternamente la independencia del Perú y la paz de América.

El comandante Medina, edecán de V. E., y mi edecán el capitán Alarcón, tendrán la honra de poner en manos de V. E. esta nota, y de presentarle mi humilde respeto y la consideración más distinguida.

Dios guarde a V. E.

Antonio José de Sucre

9 de diciembre de 1824