Manuel Egaña
Título: Manuel R. Egaña
Colección: Biblioteca Biográfica Venezolana, volumen 64
Autor: Luis Xavier Grisanti
Editorial: El Nacional / Bancaribe, Editorial Arte, Caracas 2007
Número de páginas: 127
Formato: pdf
Luis Xavier Grisantil
Arturo Uslar Pietri escribió: «Sin duda alguna, Egaña fue una de las figuras más notables del pensamiento económico venezolano del siglo XX». Es a partir de esta percepción, y de un criterio unánime entre los especialistas, que la personalidad de Manuel R. Egaña demanda el reencuentro, y porque, además, a través del estudio de su vida podemos aproximarnos a procesos claves de nuestra historia.
Luis Xavier Grisanti, con estilo diáfano, luego de una incesante investigación, ha escrito la biografía de quien fue un hombre de Estado; de quien a lo largo de una vida dedicada por entero al servicio de la nación, dejó un legado de primer orden. Contra el olvido y la negación sistemática, es conveniente oponer la valoración merecida. «142 años después de la llegada desde Viscaya de su tatarabuelo, el hidalgo don Antonio, transcurridas cuatro generaciones de laboriosos trabajadores de la tierra y del ganado, nace en Zaraza, estado Guárico, Manuel Rafael Egaña Berroeta, el 24 de enero de 1900». A partir de entonces arranca esta aventura del joven zaraceño que se gradúa de abogado en la UCV en 1925. Grisanti lo llama «precursor de la economía social de mercado», «forjador de una política petrolera de Estado», «fundador del Banco Central».
Egaña se vinculó temprano con el gobierno del Presidente López Contreras, como director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda, siendo uno de los hombres de influencia en las políticas económicas del Presidente de la transición. Trabajó al lado de Alberto Adriani y de esa amistad obtendrá lecciones y ejemplos invalorables.
Para comprender la historia del petróleo en Venezuela, sus diversos y muchos escritos son indispensables. El Petróleo fue una de sus grandes pasiones. Ministro en diversas etapas, el legado de Manuel R. Egaña invita a la reflexión, al reconocimiento, en fin, de quienes fatigaron los primeros caminos.
Simón Alberto Consalvi
Caracas, 2007
